Anularon sobreseimiento a médicos de una paciente que sufrió un ACV, y deberán ir otra vez a juicio

Se trata del caso por el cual se llevó a juicio a los médicos Raúl Jerónimo Rausch y Juan Carlos Montenegro Martínez, acusados de “lesiones gravísimas culposas”.

Los dos profesionales médicos fueron sobreseídos hace un año en un juicio oral y público por parte de la jueza Correccional subrogante, la Dra. Natalia Buitrago, tras lo cual sobrevino la casación de la querella representando a la familia de la víctima, la empleada judicial Guillermina Castellanos quien sufrió un ACV en 2021 que la mantiene con secuelas permanentes aún en la actualidad.

Castellanos tuvo un incidente cerebro vascular por el cual consultó dos veces a Rausch y una a Martínez Montenegro en la guardia del sanatorio Fueguino, tras lo cual al día siguiente fue ingresada a terapia del Hospital Regional Río Grande, tras acudir a la guardia sin haber recibido una respuesta satisfactoria por parte de ambos galenos.

Incluso Rausch le realizó una cirugía por una verruga que presentaba en la zona del cuello, pero nada atinente ambos profesionales en razón del malestar que la mujer aquejaba con fuertes dolores de cabeza como nunca había sentido e incluso vómitos no alimenticios.

La casación al juicio en que ambos médicos fueron sobreseídos fue tomada por el Superior Tribunal de Justicia, del cual el juez Gonzalo Sagastume fue el encargado de llevar adelante el voto que declaró la nulidad del juicio al considerar “arbitraria” e incorrecta la valoración de la prueba por parte de la jueza Buitrago. A esa decisión de Sagastume adhirieron tambièn la jueza Battaini y el juez Alejandro Fernández como subrogante del máximo tribunal provincial.

El caso deberá volver a ser juzgado

La jueza había absuelto a los médicos en razón de que consideró que no se probó que la paciente les había manifestado las dolencias que la aquejaban en razón de las historias clínicas que los mismos imputados habían aportado, y de las que se consideró “estaban incompletas”.

El Superior Tribunal indicó que la valoración de la jueza fue arbitraria al no considerar los numerosos testimonios de compañeros de trabajo de la víctima, que dieron cuenta del mal estado de salud que presentaba esos días y sus dolencias. Los jueces entendieron que la magistrada no podía desconocer ese contexto como prueba evidente de que si fue 3 veces al médico fue con una necesidad que evidentemente tuvo que manifestar. Incluso en el caso del imputado Martínez Montenegro la paciente fue acompañada de su hermana, quien testimonió como le manifestó de su padecimiento y como este le respondió que no podía prescribirle una tomografía, dado que “no era su especialidad”.

Tras la declaración de nulidad de aquel juicio, ahora el Superior Tribunal de Justicio envió el caso nuevamente al Juzgado Correccional para que se defina un nuevo juez que lleve adelante el juicio oral y público a los médicos y resuelva conforme a derecho, en un caso que podría sentar un primer precedente fuerte en casos de mala práxis médica.