CDRO. RIVADAVIA: A casi dos meses de la desaparición de Juana y Pedro, sus familias no recibieron los resultados de los peritajes

Laura Kreder, hija de Pedro, afirmó que la investigación sigue sin una sola pista firme y que la búsqueda perdió intensidad. Este jueves, en diálogo con Seta TV, pidió que el caso no se enfríe y que cualquier persona que haya estado en Caleta Córdova aporte datos. (ADNSUR)
A punto de cumplirse dos meses de la desaparición de Juana Morales y Pedro Kreder la pareja de Comodoro Rivadavia vista por última vez el 11 de octubre en la zona de Rocas Coloradas, la familia sigue viviendo un calvario sin respuestas.
La camioneta Toyota Hilux en la que viajaban fue registrada ese sábado por cámaras de seguridad cerca de Caleta Córdova, y desde entonces el caso transita entre hipótesis que van desde un accidente geológico hasta la posibilidad de un hecho delictivo. Sin embargo, nada de lo investigado hasta el momento arrojó una sola pista concreta.
Laura Kreder, hija de Pedro, hizo una radiografía cruda del estado de la investigación y del desgaste emocional que enfrenta la familia: “Lamentablemente no tenemos absolutamente nada nuevo… estamos como el primer día”, expresó.
“LA INTENSIDAD DE LA BÚSQUEDA YA NO ES LA MISMA”
Juan y Pedro habían comenzado una relación poco más de dos meses antes de desaparecer. Se conocieron en una peña de Comodoro Rivadavia y rápidamente entablaron una conexión que los llevó a compartir actividades y salidas. Ella, docente jubilada del barrio Juan XXIII, seguía dando clases particulares; él, de perfil reservado, había llegado hace casi cincuenta años desde Carhué y trabajó durante años en el sector inmobiliario.
Ambos disfrutaban de la vida tranquila, de la jubilación y del deseo de seguir construyendo afectos. Ese sábado 11 de octubre decidieron viajar hacia Camarones pero no volvieron a ser vistos. A pesar de la intensa búsqueda, no hubo una respuesta concreta.

Laura relató que, con el paso del tiempo, la búsqueda perdió recursos y despliegue, aunque continúa activa. “Con el pasar de los días la intensidad ya no es la misma, los recursos ya se han utilizado. Lo que queda es una búsqueda activa pero no con la misma intensidad”, explicó.
Pese a ello, la familia mantiene la expectativa de que cualquier hallazgo pueda dar un giro en la investigación. Pero la angustia es inevitable: “Nos despertamos todos los días esperando un llamado, que nos digan que apareció algo: un objeto, una prenda… algo. Lo difícil de entender es que después de tantos días no haya ningún rastro de dos personas. Eso es lo que cuesta entender”, expresó.
Desde los equipos de rescate y fuerzas de seguridad, les comunicaron que los tiempos oficiales de búsqueda intensiva ya culminaron, aunque aseguraron que no se detendrá el operativo por completo: “Se va a continuar, quizás no como al principio, pero siguen abocados a encontrar a papá y a Juana. Eso nos da algo de tranquilidad”.
Ante la falta de avances en terreno, la difusión pública sigue siendo la principal herramienta de la familia: “Lo único que nos queda es que no se deje de hablar del tema. Agradecemos a los medios porque mantienen viva la búsqueda. Y seguimos haciendo un llamado a la solidaridad: ese sábado a la mañana en Caleta Córdova había mucha gente. Si alguien vio algo, por favor que se acerque a la fiscalía”.
Respecto a la relación con la familia de Juana, explicó que el vínculo se limitó a los primeros rastrillajes y a reuniones formales: “No nos conocíamos antes y desde entonces no volvimos a tener contacto, salvo en reuniones con el fiscal o la policía”.

Sin embargo, hay una idea que siempre les resultó difícil de aceptar: “Nos cuesta creer que papá y Juana hayan decidido avanzar por un camino imposible de transitar. Ante el primer obstáculo, con la edad de ellos, hubiesen vuelto atrás. También nos cuesta creer que se hayan bajado a caminar. Pero como no hay nada, no podemos descartar ni afirmarlo. Estamos en el aire”.
Desde lo emocional, detalló que tanto ella como su hermana reciben contención psicológica y apoyo familiar para enfrentar el desgaste de un caso sin respuestas: “Buscamos los recursos para sobrellevar esta situación. Es muy difícil vivir con la incertidumbre diaria”.
UN CASO QUE SE VUELVE MÁS INEXPLICABLE CON EL PASO DEL TIEMPO: ¿DÓNDE ESTÁN JUANA Y PEDRO?
Mientras continúan los rastrillajes a menor escala y se aguardan peritajes clave, la familia insiste en un pedido esencial: que el caso no se enfríe y que cualquier persona que haya estado en Caleta Córdova aquel sábado 11 de octubre aporte información, por mínima que sea.
Porque hoy, a casi dos meses, el misterio sigue intacto. Y con él, la angustia de dos familias que esperan una respuesta que no llega.
