PTA. ARENAS: Cadena perpetua para colombiano que mató a puñaladas a magallánico al interior de un motel

Presidio perpetuo calificado fue la pena que recibió este lunes el ciudadano colombiano, de 27 años de edad, Jesús David Londoño Astaiza, por el alevoso crimen del trabajador magallánico René Márquez Arismendi. (La Prensa Austral)
Deberá cumplir 40 años efectivos de cárcel, para recién a los 67 años de edad poder postular al beneficio de la libertad condicional, siempre y cuando cumpla con todos los requisitos legales.
A petición de la fiscal Johanna Irribarra el tribunal acogió la agravante de la Ley Zamudio, al condenarlo por el delito de “robo con homicidio”.
Por lo mismo expresó su conformidad con el fallo dado que le acogieron las tres agravantes que pidió durante el desarrollo del juicio. Sobre todo la relacionada con “cometer el delito motivado por la orientación sexual de la víctima”.
Londoño nunca se mostró arrepentido. Ni siquiera al término del juicio, gesto que esperaban los familiares de la víctima.
La investigación policial, inicialmente de Carabineros y posteriormente de la PDI, permitió establecer la autoría del extranjero en el crimen de Márquez.
La madrugada del 20 de abril de 2024 lo mató con al menos 40 puñaladas en una de las habitaciones del Motel Platinium.
La víctima tuvo la mala fortuna de toparse con quien se convertiría en su asesino, cuando salió a fumar a la calle, estando en un local nocturno de calle Balmaceda.
Pedirle fuego al colombiano abrió la puerta a la tragedia que vendría posteriormente.
Márquez lo invitó a compartir unos shops y en medio de eso habría surgido la invitación, de ir a un motel. Pero estando ambos en la habitación el sujeto respondió airado a la invitación y lo mató con múltiples puñaladas. Pero antes de marcharse le robó la tarjeta de crédito, que luego utilizó para retirar dinero desde un cajero.
Una de las encargadas del motel dio la alerta a Carabineros cuando concurrió al dormitorio, pensando que los ocupantes se habían marchado, y encontró a la víctima fallecida y completamente ensangrentada.
La fiscal sostuvo al término del juicio que demostró el desprecio que el acusado tuvo “por la vida de don René”.
Testigo clave
Clave fue la declaración que proporcionó una testigo del local nocturno donde ambos estuvieron esa noche. Esta persona se contactó con la sobrina del occiso, a quien conocía, cuando esta última hizo una publicación del velorio de su tío.
Le envió audios indicando que “el imputado le había dicho lo que iba a hacer, que iba a robar y hacer cagar a la víctima, esto último por su orientación sexual”.
El sujeto planificó lo que haría. Por eso al motel fue portando un cuchillo.
La PDI realizó todo un seguimiento al imputado tras cometer el delito. Huyó y se escondió. Cuando fue detenido portaba especies de propiedad de la víctima. Entre ellas la tarjeta con la que, además, había sacado dinero de la cuenta del fallecido, con la que además había hecho varias compras”.
Se aprovechó de la orientación sexual de la víctima, para juntarse con él y luego para agredirlo en la parte posterior de su cuerpo, desfigurando su rostro.
A su juicio este fue el signo más claro de discriminación. “La parte del cuello la tenía absolutamente desgarrada”, algo que la fiscal pidió tener en cuenta y no pasar por alto.
El abogado querellante, José Miguel Maldonado, pidió la condena y la imposición de la pena máxima posible.
Los jueces César Millanao Andaur, Guillermo Cádiz Vatcky y Palmira Muñoz Leiva pasaron al registro de tribunales que en el país han dictado cadena perpetua calificada.