Moreyra fue indagado por “homicidio agravado”: dijo que pegó una puñalada y perdió la consciencia

El joven agresor que terminó con la vida de Alberto Scariot habló de un contexto de consumo de drogas y alcohol en gran cantidad, en el marco del cual solo recordó una discusión por este tema, que habría empezado a ser golpeado y que “se defendió” con un cuchillo, recordando asestar solo una de las 34 puñaladas a la víctima mortal.
El detenido Fernando Aaron Moreyra de 22 años fue indagado ayer miércoles por la jueza de la causa, la Dra. Cecilia Cataldo, reformulando la acusación el fiscal Ariel Pinno por el delito de “homicidio agravado por alevosía”, tipo penal que tiene prevista la prisión perpetua.
El detenido Moreyra fue asistido en la indagatoria por el defensor oficial Eduardo Tepedino, y tras escuchar la acusación en su contra aceptó declarar contando su versión de los trágicos hechos del 10 de noviembre pasado durante la madrugada y mañana.
Los hechos tuvieron lugar en un contexto en el que tomaron mucho alcohol, consumieron cocaína y fumaron crack.
Recuerda que esa noche salieron a un local nocturno denominado Montaro donde pelearon con dos personas y fueron sacados por la Policía. Que luego fueron a la vivienda de Scariot donde se inició una discusión vinculada a la venta y consumo de drogas y problemas de convivencia que tenían en esa vivienda de calle Yaktemi al 400.
Declaró que allí se produce la pelea en la que señala que Scariot y los otros ocupantes de la vivienda comienzan a golpearlo, recibiendo dos golpes en la cabeza. Acto seguido, y sin saber de donde sacó un cuchillo -que estaba en la vivienda- lo apuñala en el brazo, refiriendo que allí tuvo una pérdida de consciencia.
El imputado asegura no recordar absolutamente más nada e incluso no tener recuerdos de su propia detención, sino hasta que era revisado por el forense. Incluso la defensa de Moreyra esgrimió en ese acto que el imputado tuvo una fuerte caída en la comisaría en la que se golpeó la cabeza, producto del estado en que se encontraba.
El imputado dice no recordar absolutamente nada de las restantes 33 puñaladas a la víctima, de la agresión al hijo de Scariot, así como de su huída en “un Uber”, que resulta ser un transporte no habilitado que llamó por WhatsApp. Tampoco pudo precisar en donde descartó tanto la cuchilla utilizada como su celular, elementos que aún no pudieron ser incautados en el marco de la investigación.
Ahora se abre un plazo procesal de 10 días en que la jueza tendrá que emitir un pronunciamiento de primera instancia.

