Una perito expresó que el deceso del bebé en el parto fue “una tragedia obstétrica”

Empezaron hoy las declaraciones técnicas de dos peritos forenses del Poder Judicial, una perito de parte por la defensa y una médica patóloga interviniente.

Las principal declaración fue la de la forense del Poder Judicial Inés Aparici quien realizó la autopsia del bebé fallecido tras el parto del 16 de noviembre de 2015, hecho por el cual están imputados de “homicidio culposo” la ginecóloga Valeria Pastori y el obstetra Rodolfo Guido Pérez.

Aparici detalló la causa de muerte en la “vasculopatía trombótica fetal” que explicó como la “obstrucción de la vena umbilical que transportaba sangre oxigenada de la madre al bebé”, lo que generó que naciera sin vida luego de la cesárea de urgencia.

La forense también reparó en un detalle que marcó la doctora imputada que es el cordón umbilical corto, “era un cordón corto de longitud de 20 centímetros cuando el promedio es de 40 a 50 centímetros”, lo que pudo indicarse como posible factor de la obstrucción.

En ese sentido la forense señaló que “no hay forma de diagnosticarlo”, dependiendo de “antecedentes patológicos de la madre”, cosa que en este caso no se dieron.

“La formación del trombo fue inmediata, muy cercana a la muerte”, dijo la forense y agregó “hubo una lesión en un vaso sanguíneo como estimulante del trombo”, descartando asimismo que esto haya sigo generado por la medicación suministrada en las horas previas de internación.

Acto seguido declaró vía zoom el Dr. Horario Artedia, médico forense judicial de Ushuaia, quien también descartó la medicación como causa del trombo en la vena umbilical, adhiriendo a las conclusiones de su colega Aparici.

Finalmente declaró una patóloga del hospital de Ushuaia, Dra. Adriana Prieto, quien habló de que vió una obstrucción “parcial” de esa vena.

Perito descartó responsabilidad de los médicos

Finalmente el primer testimonio fue brindado por la Dra. Silvia Schmit quien fue presentada como perito de parte por la defensa de los imputados, y quien obviamente declaró en favor de la postura de los mismos.

Más allá de esto la perito está obligada a decir verdad; indicando que se trataba de un embarazo de bajo riesgo de 39 semanas, y que la inducción del parto no generaba ningún riesgo ni tiene vinculación con el resultado fatal. De hecho describió que “de las 41 a 42 semanas aumenta la mortalidad fetal, placenta envejecida y con poco líquido amniótico”.  

Aseguró que si bien el bebé había crecido mucho en el último control, estaba en el promedio y no se trataba de un caso de macrosomía o bebé de gran tamaño. Asimismo señaló que la medicación cuestionada, la oxitocina, fue entregada en el post parto para la retracción uterina.

“La trombosis es de causa incierta y alta mortalidad. Carolina no tenía antecedentes tromboticos y era primeriza”, dijo respecto de la parturienta, agregando que “el cordón umbilical corto puede ser una causa, no hay forma de diagnosticarlo”.

Finalmente consideró que la patología fatal “es propia de la placenta y el cordón y no hay síntomas, por eso es una tragedia obstétrica», agregando que hay “una bajísima posibilidad de sobrevida si es una vena periférica, casi nula si es el umbilical”, dando cuenta de que el hecho fue una desgracia más que una negligencia.

Mañana viernes se espera la declaración del cuerpo de peritos forenses de la Corte Suprema de Nación que intervinieron en la causa.