RÍO GALLEGOS: Brutal ataque: “Me ahogaron en un pozo varias veces”

Se trata del hombre de 33 años que fue sometido a un episodio de torturas esta semana, tras visitar a una amiga. Las autoridades continúan buscando a los agresores. (laopinionaustral.com.ar)

En un episodio de extrema violencia que conmociona a la comunidad de Río Gallegos, un hombre de 33 años denunció haber sido víctima de una brutal golpiza y secuestro por parte de al menos cinco personas. El hecho ocurrió hace unos días, pero la denuncia formal fue radicada este martes, dejando al descubierto un relato de horror que pone en alerta a las autoridades.

Según pudo reconstruirse a partir del testimonio de la víctima, se pudo saber que la madrugada del martes pasado comenzó como cualquier otra. Tras compartir un momento en la vivienda de una amiga en el barrio Marina, decidió retirarse cerca de las 3.30 de la mañana. Tomó un vehículo de transporte por aplicación hasta las inmediaciones de la terminal de ómnibus y, desde allí, emprendió a pie el camino hacia la casa de un amigo en calle Florencio Catrihuala, en el barrio 22 de Septiembre. Fue en ese trayecto donde comenzó la pesadilla.

Al llegar frente a una casilla donde sabía que residía su amigo, dos hombres se le cruzaron en el camino. Lo acusaron, sin pruebas ni motivos, de tener intenciones de robo. El damnificado explicó que simplemente se dirigía a visitar a un conocido, pero esa aclaración no detuvo la violencia: “Me taparon los ojos y me agarraron las manos. No tuve tiempo de reaccionar”, relató en la denuncia.

Según pudo saber este diario, a raíz de la denuncia del vecino, en ese momento apareció una camioneta de la que descendieron tres hombres más. Sin darle oportunidad de escapar, lo subieron a la caja del vehículo y comenzaron a golpearlo con brutalidad. Según su relato, recibió patadas, puñetazos y hasta golpes con un objeto de hierro. “Me apretaban los brazos con la tapa de la caja, me ahorcaban una y otra vez. Sentía que no iba a salir vivo”, expresó con angustia en su exposición a las autoridades.

El calvario continuó mientras lo trasladaban hasta las inmediaciones del autódromo local. Allí, los agresores lo arrojaron a un pozo con agua y lo sumergieron varias veces, impidiéndole respirar. En algún momento perdió el conocimiento. Al despertar, desorientado y sin su pantalón de jogging, intentó moverse como pudo: “No podía caminar. Gateé por la ruta, con el cuerpo destrozado, hasta que vi llegar un patrullero”.

La policía, al encontrarlo en ese estado, solicitó de inmediato una ambulancia. El examen médico policial confirmó que presentaba lesiones de carácter grave, producto de los golpes y la asfixia sufrida.

Hasta el momento, no trascendieron datos sobre la identidad de los atacantes ni el posible móvil de la agresión. La investigación se encuentra en curso y se aguardan medidas judiciales para dar con los responsables.