RÍO GALLEGOS: El nene del incendio en barrio Patagonia mejora: “Ya puede comer, pero lo volvieron a dormir para que no sienta dolor”

Tobías, de 20 años, uno de los hermanos del pequeño, narró cómo fue la madrugada del sábado en el que se desató el siniestro en el colectivo en el que vivían. También habló del estado de salud de Giovanni, el niño internado en el Garrahan y de su papá, en el Hospital Regional. (laopinionaustral.com.ar)
La madrugada del sábado se desató un incendio en un colectivo convertido en vivienda precaria de una familia que tiene a dos de sus integrantes aún en grave estado, uno de ellos un hombre que se encuentra internado en el Hospital Regional de Río Gallegos y un niño de 5 años, de nombre Giovanni, que fue derivado al Hospital Garrahan de Buenos Aires.
Se trata de la familia Mazuy, que se encontraba por ir a descansar cuando el fuego comenzó a raíz del derrame de combustible que cayó de una salamandra con la que se calefaccionaban aquella fría noche en el barrio Patagonia de Río Gallegos.
En la jornada del domingo, Glenda Mazuy —la madre de la familia— abrió las puertas de la casa de una familiar, donde se están quedando por el momento tras el siniestro, y adelantó a La Opinión Austral que el traslado de su hijo al Hospital Garrahan de Buenos Aires era inminente.

Giovanni ya se encuentra en los cuidados de ese prestigioso centro de salud donde se lo asiste de sus quemaduras y en las vías respiratorias. Tobías Mazuy y Juan Ignacio Mazuy, hermanos del nene de cinco años que junto a su papá fueron afectados tras el incendio del colectivo en el que vivían, hablaron este miércoles y contaron cómo se vivió esa tremenda situación donde, además, perdieron todas las pertenencias materiales.
Tobías, de 20 años, en principio contó que “estaban llevando la situación”, y tras preguntarle por la salud de Giovanni, afirmó: “Mi hermanito está bien, pude hablar con mi mamá y le hicieron las curaciones temprano, lo bañaron y lo volvieron a dormir para que no sienta dolor porque tiene la piel expuesta”.
También especificó que, según lo conversado hasta el momento, el niño de 5 años “está estable, puede hablar con mi mamá, ya come, pero se le caen las lagrimitas porque sufre y le duele”, sostuvo sobre las lastimaduras por las quemaduras. Tobías fue el hermano que rescató a los otros niños: “Apenas comenzó el fuego fui corriendo para la pieza del fondo en la que dormían mi hermanito Facu de 12, mi hermanito Ciro de 10, mi hermana Lola de 15, rompí el vidrio como pude”, relató.
“Mi mamá estaba en la pieza de al lado de la cocina donde se incendió la salamandra, así que me colgué del techo como pude para romper el vidrio y lo hice con la rodilla, pero me costó porque teníamos un plástico pegado para que no pase el frío”, y agregó: “Una vez que lo pude romper lo qué primero a Giovanni que es el que está internado, después saqué a Javier y a lo último pudo salir mi mamá”.
Incluso, comentó que a Glenda Mazuy también la están atendiendo en el Garrahan para que no tenga que irse a otro nosocomio. Tobías sostuvo que algunos están en el barrio Evita, mientras que su hermanita Lola está en la casa de una de sus amigas. También afirmó que necesitan una casa.
Pero la otra preocupación es la salud del papá. “Levantó fiebre, ahora estaba bien, ayer (por el martes) lo despertaron pero le sacaron un sedante y volvió a levantar fiebre, así que lo volvieron a dormir y está estable, luchándola día a día”, manifestó.

Sobre las condiciones en las que estaban viviendo, sostuvo que residían en ese colectivo transformado en vivienda desde diciembre porque alquilaban una casa pero ya estaba “inhabitable”. De ahí “nos echaron y como no conseguíamos alquiler en ningún lado tocó irse ahí; nosotros lo acomodamos como pudimos, lo tapiamos” y aclaró que el lugar no es usurpado sino que un conocido les prestó el lugar para que puedan estar allí.
“El colectivo estaba en mal estado, entonces pedimos unos días más antes que nos echen (del alquiler) para poder arreglarlo y una vez que lo hicimos nos fuimos a vivir ahí”, señaló. También sostuvo que sus padres no tienen trabajo formal y que venden empanadas.
En cuanto a lo que inició el incendio, Tobías aclaró que la salamandra estaba segura, pero el problema fue que al no quedarles madera y “como estaba un poco verde, le tiramos un poco de nafta y fueron dos segundos, lo único que queríamos era estar calentitos para pasar la noche”, narró.
Juan Ignacio, otro de los hermanos, dijo que está tratando de aportarles tranquilidad a sus hermanos. También sostuvo que lo que más necesitan en este momento son alimentos y productos de higiene. “Y obviamente si alguien tiene manera de que nosotros podamos conseguir una casa”, manifestó.