NEUQUÉN: La muerte de una joven madre neuquina que no cierra por ningún lado: quién es Natasha Ivone Pino
Se investiga como muerte dudosa y la familia cree que la mataron. ¿Fue un suicidio o un asesinato? (lmneuquen)
Natasha Ivone Pino era neuquina. Tenía 25 años. Mamá de dos criaturas, de 5 y 6 años. Vivía por y para ellas. Había encontrado un trabajo hacía poco tiempo y estaba contenta, salvo por la relación que mantenía con su expareja y padre de sus hijos. Aunque separados hace ocho meses, Natasha era víctima de violencia de género. La cronología de los hechos incluye una restricción perimetral que no se cumplía.
El 30 de marzo la encontraron muerta en su domicilio. En su mochila, el personal de Criminalística descubrió una denuncia que había radicado en la Comisaría 18 el día previo. La familia de Natasha todavía no puede acceder al contenido del escrito. Tampoco fiscalía avanzó aún con la apertura de su teléfono celular para conocer sus últimas conversaciones. Al menos la familia no tiene conocimiento.
Según la querella, la carátula provisoria del caso es “muerte dudosa”. Pero ya pasaron ocho meses.
“La autopsia reveló que murió por asfixia mecánica, es decir, por ahorcamiento”, contó María Belén Albarracín, la abogada que representa a la familia.
En el domicilio, los peritos encontraron un cable negro atado al tarugo de una pared, justo donde la víctima colgaba su ropa. Sin embargo, la letrada aseveró que “es imposible que el tarugo haya podido aguantar el peso de una persona, no cierra. Del mismo tarugo colgaba ropa para secar”.
Natasha, antes de morir, había arreglado de palabra con su expareja que pueda llevarse a sus hijos. Digo “de palabra” porque no alcanzaron a realizar el trámite judicial. Además, había una restricción vigente que impedía el contacto con ella.
Su expareja, el último que la vio con vida
El 29 de marzo, la expareja de Natasha pasó por su domicilio y se llevó a sus hijos. “Vecinos declararon que escucharon gritos e insultos, pero estaban acostumbrados”, dijo la letrada. Mantenían una relación conflictiva. Él no le pasaba la cuota alimentaria de sus hijos y tenía consumos problemáticos.
El 30 de marzo, la expareja regresó al departamento para buscar más ropa de los chicos. Según sus dichos, ya la encontró muerta en el piso. Llamativamente, la puerta estaba abierta, sin llave. “Comenzó a gritar ‘cómo pudiste hacer esto’… escuchó un vecino y llamó a la Policía”, relató Albarracín.
Algunos elementos que fueron hallados en el domicilio: el cable negro del que supuestamente se colgó Natasha; había dejado una taza con té o café; y en una de sus manos tenía un cigarrillo y un encendedor. El razonamiento que hace la letrada es el siguiente: “Si una persona estaba por tomar la merienda o se iba a prender un pucho no se cuelga… a ver, todos estos hallazgos hacen pensar que muchas cosas se plantaron en la escena… no se entiende, realmente”.
El padre de sus hijos, el último que la vio con vida, fue detenido ese mismo día, pero luego quedó en libertad.
Otro dato llamativo que obra en el expediente: las cámaras de seguridad. Albarracín indicó que no hay registros fílmicos del día 29 de marzo en el complejo de departamentos donde vivía Natasha. Recién se lo ve a su expareja ingresar el 30, cuando Natasha ya estaba muerta.
Por otra parte, reiteró que el joven ingresaba de prepo: “Iba por detrás de las cámaras, trepaba los paredones y se metía por una ventana de la habitación, ubicada en la parte trasera. Así violaba la perimetral”.
Cronología de los hechos de violencia
La víctima en cuestión había realizado varias denuncias contra su expareja. La letrada contó que el día de su cumpleaños Natasha recibió una paliza por parte de su ex pareja, su madre y hermana también.
Meses antes, en el contexto de un grave accidente de tránsito, reveló que perdió uno de sus riñones debido a que su expareja conducía a alta velocidad y al realizar una maniobra brusca en la moto, ella salió despedida.
También recibía constantes amenazas de muerte, de las cuales puso al tanto a sus amigos y padres.
“La familia y su mamá no quieren que esto quede en la nada, quiere que se siga investigando hasta que se sepa qué pasó con su hija“, sostuvo Albarracín, quien reparó en todo el tiempo que transcurrió sin poder todavía conocer lo que contenía su teléfono celular.
“Con todos los sistemas y la estructura con la que cuenta el Poder Judicial, no han podido desbloquearlo. ¿Cómo puede ser? Esto es clave. La víctima recibió muchas amenazas de muerte. Allí pueden estar sus últimas conversaciones, sus últimos minutos de vida, se puede saber con quiénes habló”, insistió.
Dentro de sus pertenencias secuestradas por la Policía, también hay un cuaderno donde la víctima guardaba varias de las cartas que se mandaba con su expareja. Hay también una nota que alcanzó a mostrarle a su padre, donde manifestaba su amor por sus hijos y “que nunca les digan lo contrario”.
Para la familia, su hija temía por su vida y la mataron. Según la letrada, tiene que haber sido de manera brusca, repentina, ya que su cuerpo no reveló signos de que se hubiese defendido de un ataque. Es decir, maniobras de defensa.
Creen en la hipótesis de un crimen
Pero al mismo tiempo aseveró que tampoco tenía motivos para quitarse la vida. “Era joven, vivía por y para sus hijos, Había encontrado trabajo recientemente, estaba bien, perfecta. Hablaba continuamente con su familia y sus amigas. Nunca se mostró depresiva”, afirmó.
Mientras su familia intenta visibilizar su reclamo de Justicia, habría personas que no desean que la causa prospere en pos de encontrar la verdad. Y es que en las últimas horas, se conoció que el padre de la víctima habría recibido amenazas indirectas. Estaba realizando algunos trabajos de albañilería cuando sorpresivamente desde un auto dispararon.
Todo el entorno pide celeridad en la causa y que la muerte de Natasha no quede impune.