Cierran la etapa de prueba en la causa contra el ex juez Cesari Hernández y ahora la fiscalía debe determinar si hay indagatoria

A un año de iniciado el proceso penal por presuntos maltratos al personal del juzgado e intentos de interferir en dictámenes periciales de Policía Científica en casos judiciales, la Justicia deberá resolver como se continúa.

La jueza de instrucción 3 Cecilia Cataldo cerró la producción de prueba testimonial y distintas medidas de prueba en la causa iniciada el 20 de marzo del año pasado contra el ex juez de instrucción 1, el Dr. Daniel Cesari Hernández.

Las actuaciones están a disposición del Fiscal Mayor Martín Bramatti, quien ahora deberá precisar si hay una acusación formal contra el ex juez que renunció a su cargo para evitar un jury de enjuiciamiento.

El fiscal deberá determinar si se lo llama a indagatoria por distintas figuras penales posibles, una de ellas el “abuso de autoridad”.

No todo resulta tan simple en razón de que las testimoniales del personal del juzgado no fueron concluyentes respecto de maltratos o abusos en el ámbito laboral más allá de situaciones de potencial acoso en el ámbito de trabajo, lo cual no está configurado en ningún tipo de figura penal.

Grave episodio

Diferente es la cuestión respecto de la denuncia del jefe de la Policía Científica, Horacio Vargas, respecto del supuesto intento de Cesari de interferir o manipular una pericia en torno a un arma de fuego en una causa.

El ex juez desprovisto del sesgo de imparcialidad que debería mantener, habría solicitado a los peritos obviar algunos detalles de la pericia que podían dejar un resquicio de duda en favor de una eventual apelación a futuro de la defensa.

La respuesta del perito fue que eso “no es ético” y no se modificó, cuestión ante la cual la fiscalía ahora deberá evaluar si existe delito respecto de que no hubo perjuicio procesal, más allá de la gravedad que confiere en si un hecho de esta naturaleza como es un juez con un interés específico respecto de la suerte de una causa.

Barbaridades estas y otras (como causas de abuso que llegan a juicio con años de demora por estar cajoneadas) que por años contaron con la complicidad absoluta del Poder Judicial fueguino en el manejo discrecional que hacía Cesari de un juzgado explotado en expedientes.