SAN MARTÍN DE LOS ANDES: Chocaron el vehículo contra un caballo y la familia se salvó de milagro

Viajaban en la camioneta dos mayores y sus hijos pequeños. La familia se mostró indignada por la presencia de animales sueltos que representan un riesgo. (lmneuquen)

Una familia de San Martín de los Andes vivió un verdadero susto seguido de milagro tras chocar contra un caballo en la Ruta 40. El animal se les cruzó de madrugada y ellos solo sufrieron golpes.

El siniestro tuvo lugar el miércoles por la madrugada, cuando cuatro miembros de una familia sanmartinense viajaban por la ruta nacional, en cercanías de San Ignacio y en medio de la oscuridad. En ese momento, el conductor se percató afortunadamente de la cercanía de una tropilla de caballos que pasaban por el lugar, por lo que redujo la velocidad hasta que vio al último de ellos alejarse.

Sin embargo, al acelerar nuevamente, fueron sorprendidos por un último potrillo rezagado que se interpuso en el camino, dando así lugar al impacto con el vehículo.

El golpe afectó el lateral derecho de la camioneta en que viajaban, y el sacudón hizo que las personas -un matrimonio con sus dos hijos menores- sufrieran solo algunos golpes leves.

Los pasajeros fueron asistidos por personal de Tránsito de la Policía y profesionales de la salud del Hospital Ramón Carrillo, adonde se los trasladó preventivamente.

Una de las víctimas, esposa del conductor, manifestó al medio cordillerano: “Esta vez vivimos en primera persona el resultado de la negligencia de los dueños de animales, que no se ocupan de mantenerlos alejados de la ruta. No nos matamos porque íbamos despacio, mis hijos mi marido y yo quedamos en shock; mi única preocupación eran los chicos, que terminaron con algunos golpes. Cuando fuimos trasladados al hospital, no podía creer el trato que allí nos dieron, la verdad vergonzoso. De pasar por una situación así y terminar destratados en la guardia de un hospital público, es de no creer”.

Finalmente, opinó que “deberían haber consecuencias para los dueños de animales sueltos, no los marcan porque en caso de accidente nadie es culpable. Ningún político de turno se ocupa de que se legisle una ley severa en estos casos; si hay un animal que no posee marca, que se lo levante de la ruta, se lo secuestre y después el dueño cuando reclame, pague la multa correspondiente porque cuando les tocas el bolsillo les duele y es preferible mil veces que les duela el bolsillo a que duela la perdida de un ser querido”.