Testigos periciales comprometieron seriamente la coartada del imputado y presentaron una hipótesis de como fue el brutal crimen

Concluyó la primera jornada de juicio a José Sebastián Cortés Toranzo, de 38 años, detenido imputado por el femicidio de María Alejandra Accetti, ocurrido el julio del año pasado en la localidad de Tolhuin.

Tras lo que fue la acusación fiscal y la indagatoria del imputado, donde sostuvo su coartada de un viaje a la ciudad de Río Grande y su ausencia en el domicilio al momento del crimen; declararon los peritos de Policía Científica y la perito forense, la doctora Inés Aparici, que encabezaron la investigación.

La Dra. Aparici dio cuenta de las cerca de 40 lesiones potencialmente mortales que recibió la víctima, y que causaron su deceso por un desangramiento interno y una descompensación general orgánica, y luego los peritos de la Policía Científica dieron cuenta de la revisión de la escena del hecho, el cuerpo de la víctima y del imputado.

Allí determinaron lesiones en la mano de Cortez Toranzo, además varias manchas de sangre dentro de la vivienda daban cuenta que esa fue la escena del crimen y no el corral de cerdos donde finalmente fue depositado el cuerpo.

Sobre la víctima indicaron que livideces cadavéricas, como son marcas sanguíneas sobre la piel por estar un cuerpo apoyado mucho tiempo sobre un lugar, dan cuenta que la posición en la que fue hallado el cadáver no fue la misma en la que se produjo su deceso, sino que fue removido a ese lugar. Incluso marcaron detalles como la falta de ropa interior en la parte inferior del cuerpo y un pantalón de jeans que fue colocado post mortem ante lesiones cortantes en las piernas que estaban ocultas por la tela.

Por otra parte, sumaron las pericias de ADN sobre ropas, que vestía Cortés Toranzo, y que tenían manchas de sangre sobre las mangas derechas, cuyos rastros genéticos se correspondían a la víctima dando cuenta de que en una potencial mecánica del hecho, fue con esa mano con la que golpeó, brutalmente a Accetti, aproximadamente entre lo que fue la noche del sábado 17 -en que se ve llegar a ambos en una cámara de seguridad- y la madrugada del domingo 18 de julio.

De esa forma determinaron en ese lapso de horas la data de muerte cuando Cortés Toranzo aún no había viajado a la ciudad de Río Grande, como sí recién lo hizo el lunes, cuando a su regreso dio cuenta de la muerte de la mujer, asegurando desconocer las causas de la misma.

Asimismo, también se analizaron las cámaras de seguridad de la vivienda, en las cuales a lo largo de esas tres jornadas no se observó a ninguna otra persona que no fuera Cortés Toranzo, entrando y saliendo de la misma vivienda.

El tribunal de juicio pasó a un cuarto intermedio para mañana para continuar con más testimoniales, habiendo desistido las partes de varios testigos. Los tres testimonios periciales de hoy dejaron sumamente comprometida la situación del imputado en este juicio por homicidio agravado, en el que arriesga la posibilidad de una pena a reclusión perpetua.