NEUQUÉN: Grave: empresario inmobiliario pelea por su vida

Su familia salió a pedir ayuda a la comunidad para que faciliten registros de cámaras de la zona y/o testimonios que puedan ayudar a dar con los autores. (lmneuquen)

“Se complicó la situación de mi papá y nos confirmaron que es muy crítico el cuadro”, contó Fabián, hijo del empresario Miguel Ángel Álvarez, de 77 años, que sufrió una terrible golpiza el martes durante un robo en pleno centro neuquino.Miguel Ángel permanece internado en terapia intensiva del Policlínico de Neuquén y en las últimas horas su cuadro empeoró de acuerdo a lo expresado por su familia.

El empresario inmobiliario que fue atacado en la oficina que tiene en calle Ministro González al 200, a solo una cuadra de la Comisaría primera, quedó desfigurado con fracturas en el rostro y el cráneo.

Su hijo Fabián confió que “en el Policlínico me dijeron que tiene cortes muy grandes en la boca por lo que ya le hicieron cirugía en tres lugares distintos porque le cortaron el músculo interno del lado izquierdo. Presenta fractura maxilar y de cráneo, tiene cortado el músculo interno y el ojo izquierdo comprometido. Además, tiene dos coágulos”.

Este jueves el parte médico no fue alentador según manifestó Fabián que está junto a su padre en el Policlínico. “Nos dijeron que se complicó el cuadro y ahora está crítico. Era un hombre sano, hacía deporte pese a su edad y estos tipos no solo le arruinaron la vida sino que ahora la está peleando”, aseveró.

Por su parte, Federico, otro de los hijos de la víctima, agregó: “mi papá está muy delicado y necesitamos que la gente colabore con cámaras de la zona donde está la inmobiliaria y todos los testimonios que puedan aportar detalles de los autores. Necesitamos toda la ayuda posible”, remarcó.

La Policía sobre el caso no ha brindado mayor información aunque se sabe que están trabajando tratando de relevar las cámaras de seguridad de la zona porque en la escena del hecho no pudieron levantar rastros debido a los delincuentes actuaron con guantes y en forma muy organizada.

En pleno centro y a plena luz del día

Los delincuentes tenían marcada la inmobiliaria, por estas horas se sospecha que podrían haber manejado un dato erróneo sobre algún tipo de operación o que especulaban encontrar mucho efectivo producto del pago de alquileres.

Se suponen que habían hecho inteligencia previa en local porque conocían el horario de cierre y sabían que a las 18:05 más tardar se retiraba la secretaria y Miguel Ángel quedaba solo para cerrar.

En la inmobiliaria, Fabián se dedicaba más a las tareas de campo y su padre con una secretaria sacaban las cuestiones administrativas propias del negocio.

Por seguridad, en el local evitaban tener efectivo y bajaban las persianas a las 18 aprovechando la luz del día y así evitar riesgos.

“Nunca hay más de unos 5 mil pesos en el local, que es una caja chica para hacer alguna compra de elementos de oficina o llegado el caso una fotocopia”, explicó Fabián.

Pero los delincuentes estaban confiados que la inmobiliaria algo tenía y fue así que el martes a la hora de cierre cayeron.

Los ladrones llegaron unos minutos antes de las 18 en una Toyota Hilux blanca sin patente, pusieron baliza y se pararon a unos metros del frente del local porque no había lugar para estacionar. Unos minutos después salió un auto y lograron acomodar el vehículo, siempre con las balizas encendidas.

Los ladrones golpearon la puerta del local que estaba con llave, cuando Miguel Ángel abrió lo empujaron, redujeron y le ataron las manos con alambre.

Los delincuentes estaban muy bien organizados, mientras uno se encargó de reducir a la víctima, otro pintaba con aerosol negro la lente de la cámara de seguridad y arrancaba el DVR, que es el aparato que graba y que se lo terminaron llevando.

Durante el robo, le exigían “la plata” a las trompadas en el rostro.

Todo ensangrentado Miguel Ángel intentaba explicar que no tenía efectivo, solo lo que había en la caja chica, pero los delincuentes no se resignaban a un magro botín y se ensañaron.

La suerte quiso que uno de los vecinos advirtiera que algo pasaba en la inmobiliaria y comenzó a gritar al resto de los comerciantes.

El ladrón que estaba de campana al volante de la camioneta comenzó a los bocinazos y ahí salieron a las corridas los dos que estaban adentro, subieron y huyeron a toda velocidad en dirección al monumento de San Martín.

Miguel Ángel fue asistido por los vecinos y su hijo Fabián, pese a que no podía circular por la terminación del DNI, salió corriendo de su casa al tomar conocimiento de lo que le habría ocurrido al padre.

El empresario inmobiliario fue internado en el Policlínico de Neuquén y está en estado crítico.