BARILOCHE: Intentó asesinar a su ex y quería prisión domiciliaria

El mismo tribunal que lo condenó y luego el Tribunal de Impugnación de la provincia, rechazaron los planteos del defensor particular Rodolfo Rodrigo y negaron la concesión de la prisión domiciliaria para Carlos Alberto San Martín, condenado a once años de prisión por intentar asesinar a su ex pareja. Además, también rechazaron la recusación de una jueza que integraba el tribunal. (El Cordillerano)

En abril pasado, el Tribunal de Impugnación de la provincia había confirmado la sentencia que dictaron los jueces Sergio Pichetto, Romina Martini y Marcelo Chironi y consecuentemente mantuvieron la condena de once años contra Carlos San Martín.

Pero el defensor particular Rodolfo Rodrigo requirió la realización de una audiencia para solicitar la concesión de la prisión domiciliaria con uso de tobillera electromagnética, en el marco de la emergencia sanitaria y cuando se presentó ante el tribunal, planteó la recusación de Romina Martini, alegando una supuesta militancia en organizaciones feministas.

Ambos planteos fueron rechazados por el mismo tribunal, pero la defensa insistió y reeditó su presentación ante el Tribunal de Impugnación, que integrado por Rita Custet Llambí, Carlos Musso y Adrián Zimermmann, volvió a rechazar el intento defensivo.

Los jueces Marcelo Chironi, Sergio Pichetto y Romina Martini habían condenado, en noviembre de 2019, a San Martín por los delitos de daño, amenaza e intento de femicidio y le impusieron 11 años de prisión.

Más adelante, los jueces del TI, Rita Custet Llambí, Miguel Ángel Cardella y Carlos Mussi, confirmaron la condena y tras una inspección ocular en el lugar de los hechos, advirtieron que efectivamente San Martín tuvo intenciones de matar a la mujer, en la madrugada del 15 de abril de 2019.

Según se acreditó, aquella noche la víctima estaba en el interior de su vivienda colgando ropa recién lavada y San Martín, desde el exterior, se aproximó a una ventana y descerrajó un disparo con una escopeta, que impactó a pocos centímetros de la cabeza de la víctima.

Tras el aporte de testimonios, San Martín fue detenido en un vehículo utilitario que conducía, a pocos metros del lugar del hecho y con el arma utilizada para perpetrar el ataque en su poder.