Hoy se cumplen 10 años de la última vez que fue vista Sofía Herrera

Sus padres buscarán mantener viva la búsqueda con una nueva marcha a las 18 horas de este viernes en San Martín y Belgrano. Aquí recordamos los puntos principales de esta enigmática desaparición que a una década, encuentra a los fueguinos sin respuesta alguna.

 
Pasadas las 11.15 del domingo 28 de septiembre del 2008 Sofía Herrera de 3 años y 8 meses de edad visitaba el camping John Goodall acompañada de sus padres, y una pareja amiga de estos junto a otros niños.
 
 
 
A poco de entrar los varones salen a buscar leña acompañado de los pequeños, y al regresar a los vehículos, Sofía, quien se había retrasado por su corta edad, se había esfumado y no volvió a ser vista.
 
 
 
En vano fueron todos los rastrillajes en el lugar donde a lo largo de los años se llegó a excavar y a desmantelar toda estructura, como la misma casa del cuidador. Incluso vecinos montaron una búsqueda puerta a puerta con folletos por toda la ciudad y en los primeros días se realizaron marchas multitudinarias.
 
 
 
Allí empezó la investigación judicial encabezada por el Dr. Eduardo López quien comenzó con una causa plagada de pistas falsas a partir de que los menores que estaban en el lugar relataron sobre un secuestrador que fue ficticio.
 
 
 
Esa vía investigativa llevó a trazar cientos de perfiles de distintos sospechosos por tener un Volkswagen gol gris, perros bóxer o por un tipo de tatuaje distintivo, al año los menores reconocieron que habían inventado todo.
 
 
 
A esto se sumaron distintas personas que entorpecieron la investigación con llamadas, datos y hasta fotos falsas, algunos buscando una recompensa o estafar a los padres de Sofía. En 2009 dos de ellos fueron detenidos e incluso extraditados a Río Grande.
 
 
 
Luego apareció una vidente que acusó a los padres permanentemente de haber asesinado a la niña, siendo declarada inimputable por ser paciente psiquiátrica. Su versión se desmoronó el año pasado cuando se realizó una excavación en la propia vivienda de los padres con resultado negativa, ya que decía que a Sofía la habían enterrado debajo de una parrilla.
 
 
 
La investigación llegó a cientos de niñas con diversos grados de parecido fisonómico a Sofía, pero cada uno de los hallazgo descartó que fuera Sofía. El caso más emblemático fue el de una niña misionera adoptada por una familia que vivía en Nordelta en el Tigre, hacia donde el fiscal de ese entonces viajó al lugar para quedar impactado por el gran parecido físico con Sofía. El caso fue descartado, e incluso la investigación volvió a tropezar con esta niña en dos oportunidades más por llamados de testigos que la siguieron confundiendo con el paradero.
 
 
 
Pocos sospechosos
 
La investigación tuvo su mayor ritmo entre los años 2008 y 2009, en unos primeros momentos en los que la Justicia logró llegar a determinar que en el horario de desaparición de la niña, cerca de 40 abonados de telefonía celular pasaron con su aparato activo por esa zona de la ruta nacional 3.
 
 
 
Con ese solo indicio se identificaron a todas esas personas y se les allanaron sus viviendas. Incluso una familia entera que esa misma mañana acampó a 5 kilómetros del lugar fue demorada todo un día para interrogatorios, en los que incluso se encontró que uno de los hombres tenía antecedentes por abuso. Finalmente fueron descartados.
 
 
 
Solo en 2009 hubo dos detenidos en relación a la investigación; el propio papá de Sofía, Fabián Herrera, por “obstrucción” dado que había dado versiones confusas sobre lo sucedido en el camping siendo liberado al día siguiente. El otro fue el cuidador del camping, Alberto Urrutia, detenido como sospechoso de agosto del 2009 a abril del 2010 al ser liberado de su prisión domiciliaria por falta de pruebas tras haber sido minuciosamente investigado.
 
 
 
Nunca más hubo mínima certeza que llevara a otra detención.
 
 
 
En todos estos años María Elena Delgado y Fabián Herrera, realizaron incansables viajes con el pedido de paradero de Sofía que los llevó a tomar contacto con distintas personalidades y eventos. Para ello se realizaron cuatro actualizaciones de rostro a fin de mantener viva la imagen de una niña; en 2010, 2012 y finalmente en 2017 la cual fue presentada por el nuevo juez del caso, el Dr. Daniel Cesari Hernández, quien asumió en el juzgado tras la salida de López.
 
 
 
La investigación realizada incluso tuvo colaboración permanente de fuerzas de seguridad nacionales, e incluso tuvo una comisión del FBI que llego a la provincia en el mas estricto hermetismo para supervisar lo actuado. Allí indicaron que lo trabajado era irreprochable, sin encontrar flaquezas investigativas.
 
 
 
Con el correr del tiempo y las vías investigativas cerradas, el ritmo investigativo decayó y la causa quedó estancada, centrada en las vías de comunicación dispuestas para recibir eventuales nuevas pistas y aviso de testigos que dan cuenta permanentemente de niñas “parecidas”. Este año fueron 19 los casos de este tipo descartados.
 
 
 
Hoy la esperanza de la familia Herrera es “mantener la difusión de la causa y que con nuestra hija con 13 años, ya para cumplir 14, sea ella quien se reconozca y nos pueda ella encontrar a nosotros”.