CDRO. RIVADAVIA: Fue apuñalado por su pareja, pero se negó a denunciarla

Juan Carlos García fue agredido ayer por su pareja, Daniela Carrizo, en inmediaciones del lavadero Ballenita Blu del barrio 13 de Diciembre. Vecinos del lugar avisaron a la Policía y entonces la pareja decidió huir en una motocicleta, pero el herido se desvaneció en el camino y después dijo haber sido víctima de un robo. Fue trasladado al Hospital Regional pero se negó a ser atendido y a realizar la denuncia contra su pareja. De todos modos, ella quedó detenida en la Seccional Segunda. Las imágenes pueden herir la sensibilidad del lector. (El Patagonico)

 
La tranquilidad del lavadero de vehículos «Ballenita Blu», ubicado en Tierra del Fuego y San Luis, se vio interrumpida ayer a la 19 cuando una pareja comenzó a discutir. Según fuentes consultadas, Juan Carlos García (34) se encontraba en inmediaciones cuando llegó su pareja, Daniela Carrizo (24).
Testigos del hecho aseguraron a este medio que Carrizo gritaba: «¿Así que andás con otra? ¿Así que andas con otra», para luego extraer de entre sus pertenencias un cuchillo de uso doméstico para atacar a García. Este se defendió y comenzaron a forcejear, resultado de lo cual el cuchillo se terminó partiendo en dos.
El hombre alcanzó a ser herido perdiendo una gran cantidad de sangre que quedó como prueba en la vereda.
Alarmados, los testigos llamaron a la Policía, concurriendo efectivos de la Seccional Segunda. Pero la pareja trató de resolver su situación sin terceros y escaparon en la motocicleta en que había llegado Carrizo, pero en Salta y O’Higgins García se descompensó y quedó tirado en el piso.
Los vecinos quisieron brindarle ayuda, pero Carrizo los echó molesto, diciendo que solo estaba «descompuesto». El personal policial solicitó rápidamente una ambulancia para el herido que escupía sangre, temiendo que se pudiera ahogar.
Mientras la ambulancia del Hospital Regional, Carrizo le repetía a García: «esto queda acá; esto queda acá». A lo que el herido respondía: «sí, mi amor, sí».
Los integrantes del centro asistencial trataron de curar sus heridas pero García hacía todo el esfuerzo para que lo dejaran irse a su domicilio. En tanto, su pareja realizaba un espectáculo con los efectivos policiales. Primero solicitó que la dejaran irse «5 minutos» a guardar su motocicleta porque era «mi elemento de trabajo», y después aseguraba que los habían atacado «unos ladrones».
Todo esto, mientras trataba de comunicarse con su pareja a través de la ventanilla de la ambulancia del Hospital Regional. «¿Estás bien mi amor? Ahora nos vamos a casa», le decía. Sin embargo, el tono más imperativo lo utilizaba para insistir: «no digas nada».
La mujer mantuvo su postura hasta que el personal médico trasladó a García al Hospital. Entonces, los efectivos policiales comenzaron a preguntarle a Carrizo cómo ocurrió el ataque que ella había denunciado.
La versión del robo enseguida fue descartada, debido a las contradicciones de la mujer, quien entonces fue detenida en la Seccional Segunda ya que todo hacía suponer que las heridas de su pareja eran de gravedad.
Sin embargo, cuando los médicos quisieron atender a García éste se rehusó a ser atendido y pidió que lo dejaran en libertad de irse por sus propios medios. Los profesionales trataron de hacerlo entrar en razón, para asegurarse de que sus heridas no eran de gravedad, pero él contesto que ya se podía volver a su domicilio.
Los efectivos policiales también trataron de dialogar con el hombre, quien rechazó cualquier diálogo, y menos hacer denuncia.
 
Al cierre de esta edición, Carrizo se encontraba detenida en la Seccional Segunda, esperando que se aclararan los hechos.