RIO GALLEGOS: Misterioso secuestro de un ex funcionario y hay dos dirigentes de una básica del PJ detenidos

Los detenidos, que lideran la unidad básica López Calo, afrontan cargos por privación ilegítima de la libertad, lesiones y amenazas. La víctima fue internada y dio información a cuenta gotas a los investigadores, aunque el móvil será económico. La jueza tomará hoy las indagatorias (Tiempo Sur).

 
El suceso fue por demás “curioso”, al menos así lo definió ayer el jefe de la Unidad Regional, Horacio Rodríguez, en declaraciones a Tiempo FM, horas después de un amplio operativo policial que concluyó con éxito tras la liberación.

La víctima es Roberto Néstor Sosa, un hombre de 57 años ligado al ámbito político y que tuvo paso por distintas empresas nacionales y entes descentralizados, el último, Enargas, pero que nunca habría sido secretario privado de Néstor Kirchner, como se planteó a primeras horas.

Su liberación se produjo luego de un amplio operativo policial, desplegado en todas las jurisdicciones de Río Gallegos y con la única pista de las características de una camioneta S10 marca Chevrolet color gris polarizada, cuya patente terminaba en 816.A ese dato que, aún se analiza si pudo haber significado la diferencia entre la vida y la muerte de Sosa, lo pudo aportar su esposa, Rosana, una joven de 32 años que testificó el momento en el que su marido fue secuestrado.

Es que la madrugada del domingo, el matrimonio se encontraba durmiendo cuando, a eso de la 01:40, dos sujetos golpean la puerta y piden hablar con Sosa, a quien reclaman por su nombre de pila. “Llamálo a Roberto por favor, queremos hablar con él”, le dijeron a la mujer que había asomado la cabeza por la ventana.

Según Rosana, Sosa agarró lo que tenía a mano y salió raudamente a la vereda y allí es golpeado por los sujetos que, de prepo, lo meten en la camioneta que arrancó a toda velocidad.

Pasaron apenas unos minutos cuando desde un celular con terminación en 33 llaman a la mujer, quien le dijo a la policía escuchar cómo su marido era atacado físicamente. Llamadas como ésta se sucedieron más de una vez, hasta que en la última, es su propio marido el que le dice “está todo bien, estoy tomando unas cervezas con los chicos, quédate tranquila que a las 03:00 estoy en la casa”.

La mujer no dudo que Sosa corría peligro y de inmediato se comunicó con el Comando Radioeléctrico. Habían pasado apenas 10 minutos desde el que luego se conocería que fue un secuestro.

01:50 Se da aviso a todas las unidades operativas bajo reserva y se aplicó un Operativo Cerrojo con personal del Comando y de todas las dependencias, incluida la Division de Delitos Complejos.

El despliegue fue absoluto pero no menos cauteloso, bajo la premisa de no llamar la atención. Recién a las 04:00 y luego de rastrillar varios barrios en busca de la camioneta gris, un equipo ubica el rodado estacionado sobre la vereda de una vivienda de calle Gobernador Moyano 543. 

Tras una vigilia, agazapados en las inmediaciones, los policías vieron que tres sujetos salían de la morada e ingresaban al rodado. No les dieron tiempo a nada, abrieron las puertas bloqueando cualquier intento de fuga y al reconocer a Sosa, lo sacan del habitáculo y se desvanece. 

Su rostro estaba desfigurado, tenía golpes de puño por todo el cuerpo, por lo que, de inmediato fue trasladado al Hospital Regional donde ayer permaneció internado durante toda la jornada con lesiones de carácter “grave”.

Entonces, los uniformados también habrían reconocido a sus verdugos, en los hermanos Diego y Alfredo López Sosa, aunque en el ámbito político se los conoce por “López Calo”, como la unidad básica que fundaron.

Sobre todo Alfredo, otrora militante ultra peraltistas, fue quien hace algunos meses, después de la derrota del PJ, hizo pública una presentación ante el Tribunal de Disciplina del partido para que expulsen por cargos de traición a Daniel Peralta, José Blassiotto y Juan Carlos Batarev. 

Asimismo, fuentes consignas por este medio indicaron que la policía también los conocería por una serie tropelías delictuosas. 

Quizás lo que haga curioso el hecho es que ayer ninguno de los detenidos ni la propia víctima, que fue interrogada en el nosocomio local, tuvieron predisposición para brindar detalles concretos para dilucidar el crimen. Sin embargo, Sosa sólo atinó a decir que le pedían dinero.

 
No fue un robo común y el silencio impide a los investigadores conocer cuál fue el verdadero móvil del robo, que podría descartarse como tal, habida cuenta de la desprolijidad con la que actuaron y a cara descubierta.

Sin embargo, en la camioneta, los uniformados secuestraron en posesión de Alfredo, un celular encendido y $6.000 en efectivo, mientras que su hermano, Diego, tenía también un teléfono y la suma de $2.500. Aunque el hallazgo más estremecedor fue el de un machete.

Los López Sosa, que hoy en horas del mediodía serán conducidos a prestar indagatoria ante la jueza Rosana Suárez, tenían hasta ayer letrados de la Defensoría Oficial asignados, aunque TiempoSur pudo dialogar con abogados del foro local que recibieron un llamado para tomar el caso en el transcurso de hoy.