PTA. ARENAS: Un matrimonio y dos hijos salvaron con lo puesto de incendio; ladridos de su perro evitaron una tragedia

Una emergencia que se desató cerca de las 2 de la madrugada de ayer, fue la que alertó a bomberos de Punta Arenas, a concurrir hasta el domicilio de calle Pedro Bórquez Nº0876, en la población Carlos Ibáñez del Campo, donde el segundo nivel de una propiedad ardía sin control, situación que obligó a los voluntarios a pedir el refuerzos de medios y personas de otras dos compañías (La Prensa Austral).

 
A eso de las 4 de la madrugada, recién las llamas pudieron ser aplacadas, situación que dejó un panorama desolador, tanto para la familia que arrendaba el inmueble, como para sus propietarios. Estos últimos -con residencia en la ciudad de Osorno- fueron informados del siniestro cuyo origen se atribuye al recalentamiento de una estufa a gas que se ubicaba en un espacio intermedio entre el comedor y las habitaciones.
“Dejábamos la estufa funcionando en la noche, porque esta casa tenía muchas filtraciones y el viento se sentía en forma constante aquí. Presumimos que desde ahí partió el incendio, dado que a la hora que comenzó a arder la casa fue en la parte del techo, por donde se ubica la cañería del gas”, afirmó a La Prensa Austral, el joven matrimonio compuesto por Yandar Cuevas Torres y Luis Gallardo Palma.
La pareja -junto a sus hijos de 16 y 3 años- llevaban poco más de un mes arrendando en la población Carlos Ibáñez, tras haberse trasladado desde la Región de Coquimbo hasta Punta Arenas, ciudad que eligieron para desarrollar un proyecto familiar que en cosa de segundos se ha visto severamente interrumpido.
“Llegamos hace tres meses a Punta Arenas y en principio estuvimos viviendo en la casa de unos amigos, hasta que hace un mes y medio le arrendamos a la señora María Eugenia Rozas, quien vive en Osorno, pero tenía su casa aquí. Pensamos que el recalentamiento de la estufa fue la que originó que el fuego prendiera en el techo y cuando eso ocurrió, no hubo forma de pararlo. Nuestra mascota fue la que encendió las alertas, dado que todo partió en la madrugada (cerca de las 2 AM), cuando estábamos durmiendo”, afirmó Luis Gallardo, quien trabaja como buzo comercial en una empresa ubicada en Tierra del Fuego.
Su esposa, Yandar Cuevas trabaja como chef de cocina en el Restaurante El Arriero. Junto a sus hijos Catalina y Agustín, vivían en un espacio que contaba con dos dormitorios, una cocina, un baño y un bloque, que la propietaria de la vivienda ocupaba como bodega.
“En cuanto nos percatamos que la casa se estaba incendiando, nos comunicamos con la persona que nos arrendaba. No tenemos nada que esconder y tampoco somos culpables de lo ocurrido. Nadie podría querer provocar un incendio. Más aún, que todo lo que había en el interior -salvo las cosas que estaban en la bodega- eran nuestras”, afirman Yandar y Luis, mientras reciben palabras de apoyo de un grupo de personas que se congregó pasado el mediodía de ayer afuera de la vivienda siniestrada.
Llamado a la solidaridad
Mientras el matrimonio Gallardo Cuevas busca entre los restos carbonizados algo que pueda servir, tras el incendio acaecido en la madrugada de ayer, sus rostros denotan cansancio y tristeza.
“Voy a tratar de salvar la ropa que más pueda, lavándola, entre la que se mojó, se quemó o se tiznó. La situación actual se nos ha complicado, porque la casa no era nuestra. Nosotros le arrendábamos a otra persona y no sé si ella tendrá seguro de vivienda. Imagino que no, pero lo único que esperamos es que esto llegue a buen término, porque en verdad no fue culpa nuestra lo sucedido”, afirmó con impotencia Yandar Cuevas.
La joven, junto a su esposo hizo un llamado a que si existe algún propietario que tenga en arriendo un espacio a bajo costo, pueda contactarse al fono celular: 9/83010946.
Otro tipo de colaboraciones se están recibiendo en el Restaurante El Arriero, enfatizándose que ropa para un menor de tres años, es lo que más requiere en este momento la familia afectada.