RAWSON: Procesaron a 21 narcos por el caso “Conejo Verde” y trabaron embargos por más de $ 5 millones

Lo decidió el titular del Juzgado Federal de Rawson, Hugo Sastre. Es la banda que cayó en diciembre pasado con casi 40 kilos de drogas. La lideraba un preso de la U-6 de Rawson. Entre los detenidos hay un policía de Trelew, y un conocido comerciante (diario Jornada).

 
El juez federal de Rawson, Hugo Sastre, procesó a una banda de 21 narcotraficantes que cayó en diciembre pasado en un megaoperativo denominado “Conejo Verde”, en el que se incautaron casi 40 kilos de drogas (entre marihuana y cocaína) y que incluyó allanamientos en Puerto Madryn y Trelew.
 
La decisión del magistrado incluye, además, embargos por $ 5,4 millones.
 
La lista de procesamientos por “comercialización de estupefacientes agravado por el número de personas que participaron en el hecho”, está encabezada por el cordobés Diego Ricardo Rodríguez, a quien el juez Sastre le endilga ser el “organizador del grupo delictivo” y a quien le trabó un embargo de bienes por valor de $ 500 mil.
 
Rodríguez, alias “El Gordo”, curiosamente lideraba la banda desde una celda ubicada en el Módulo 1 de la Unidad 6 de Rawson, en donde estaba detenido por otra causa conocida como “Verano Blanco”, por la que había sido detenido en Río Cuarto en 2013 y en la que se decomisaron 73 kilos de cocaína que intentaban ser comercializados en Chubut y el Gran Buenos Aires.
 
Junto a Rodríguez, procesaron también a dos ciudadanos paraguayos que se cree eran los proveedores de la droga: el vendedor de autos Hugo Deni Rivero Sosa y el albañil Ublaciano Riveros Sanabria, ambos domiciliados en la localidad de Gregorio de Laferrere, en el Gran Buenos Aires. A ambos los embargaron por $ 300 mil a cada uno.
 
Conexión local
 
La célula chubutense de la banda, según el auto de procesamiento firmado por Sastre, incluye al conocido comerciante de Trelew Daniel Vitti, juzgado y absuelto hace catorce años en la causa por el asesinato del periodista Ricardo Gangeme.
 
A Vitti lo procesaron por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización” y le trabaron embargo por $ 300 mil. Su situación es complicada porque buena parte de la droga (33 kilos de marihuana y 2,5 kilos de cocaína) fue encontrada dentro de la chacra en donde vive, ubicada al oeste de Trelew en la zona conocida como Curva de Perdomo, lindera al predio del Tiro Federal Argentino.
 
Otro integrante de la conexión local es Brian Apraiz, un policía que al momento de ser detenido revestía en la Seccional Cuarta de Trelew y que está acusado de comercializar estupefacientes. Entre los veintiún procesados hay seis mujeres: dos de ellas son “alternadoras” y fueron procesadas por transporte de estupefacientes. El resto son una empleada de una pesquera, una peluquera, una cocinera y una vendedora de ropa, todas acusadas por comercialización de la droga.
 
Seguimiento
 
El caso “Conejo Verde” estalló en diciembre del año pasado luego de más de tres meses de seguimiento de las actividades de la banda.
 
En septiembre pasado, el juez Sastre se había reunido en su despacho con varios jefes de Drogas, el titular de la Policía Federal en Rawson y el jefe y subjefe de la Unidad 6 de Rawson. El magistrado les informó que había “visitas sospechosas” a Rodríguez y otros detenidos de la U-6.
 
Allí se decidió avanzar con mayor intensidad en el caso y desde entonces se fueron confirmando una a una las sospechas. La información más relevante se logró poco antes del 19 de diciembre, cuando se hicieron las detenciones, cuando unas escuchas ordenadas por el juez comenzaron a aportar datos importantes.
 
Los escuchados eran dos ciudadanos paraguayos que traían la cocaína a Trelew y que fueron seguidos de cerca durante todo su periplo.
 
A pesar de algunas presiones de jefes policiales de entonces para hacer estallar el caso antes de las elecciones del 25 de octubre del año pasado para beneficiar políticamente al anterior gobierno, Sastre decidió esperar hasta la tercera semana de diciembre.
 
Recién cuando de las escuchas surgieron conversaciones que indicaban que la banda había comenzado a reunir dinero suficiente para pagar un cargamento, se decidió intervenir y desbaratarla.