SARMIENTO: Condenaron a Lamonega a prisión perpetua por el triple crimen

Los jueces Roberto Casal y Daniel Pérez informaron ayer la sentencia condenatoria de reclusión perpetua para Claudio Lamonega, acusado de los asesinatos de su pareja Marisa Santos y sus hijos adolescentes, Victoria y Lucas Ramis. Los jueces desplegaron jurisprudencias y análisis sobre los planteos de nulidad, materialidad, autoría y contradicciones del homicida. Resolvieron que siga en prisión hasta que el fallo quede firme. Lamonega no estuvo presente cuando se leyó el fallo (El Patagónico).

 
Claudio Norberto Lamonega (50) fue condenado ayer a prisión perpetua y seguirá tras las rejas hasta que la sentencia quede firme. Además, la pena deberá ser cumplida en una dependencia del Servicio Penitenciario Federal que se designe.
El fallo representa un poco de consuelo para la familia de las víctimas y los habitantes de Sarmiento, que se vieron conmovidos por el triple crimen de una madre y sus hijos adolescentes que fueron ejecutados a sangre fría cuando dormían en sus camas. La sala que estaba repleta de asistentes y la familia directa rompió en llantos al escuchar la resolución final: prisión perpetua para el criminal.
Fue la décimo sexta jornada de audiencias por el juicio oral y público por los crímenes de Marisa Ester Santos (48) y sus hijos Victoria (17) y Lucas Ramis (15), ocurridos el 23 de noviembre del año pasado. El debate comenzó el 16 de noviembre en la Oficina Judicial de Sarmiento y concluyó ayer al conocerse la condena a la que no asistió el asesino.
Los jueces Daniel Pérez y Roberto Casal leyeron los votos emitidos en la sentencia durante más de cuatro horas y media. También informaron el veredicto de su colega de Puerto Madryn, Marcelo Orlando, quien aportó sus conclusiones mediante el envío de un correo electrónico.
La calificación jurídica escogida por el tribunal fue la de autor penalmente responsable del delito de homicidio agravado por alevosía, tres hechos en concurso real. En el caso de Marisa, agravado por el vínculo, y además todos agravados por el uso de arma de fuego.
Con respecto el pedido de nulidad requerido por la Defensa Publica y sobre la pericia del examen mental obligatorio efectuada por el médico psiquiatra Herminio Gonzáles, el tribunal volvió a explicar que las peticiones y el procedimiento no habían violado las garantías individuales del imputado.
Aclararon que las cuestiones referidas al análisis de indicios unívocos guardan completa armonía entre sí, y que los condujeron a las mismas conclusiones investigativas que desarrolló el Ministerio Publico Fiscal. No hubo controversias entre las partes sobre la materialidad de los crímenes.
 
Cenó, durmió y mató
Con respecto a la autoría los tres jueces, sostuvieron que el indicio de presencia de Lamonega en la casa de las víctimas el día de los asesinatos se pudo probar, entre otras pericias, mediante la declaración del propio imputado ante el juez de la etapa de investigación.
En esa instancia, el apicultor reconoció que cenó con el grupo familiar y luego pernoctó junto a Santos en la casa de la calle Sarmiento 445. Se retiró a las 9 del domingo 23 de noviembre de 2014.
Las pruebas científicas confirmaron que los asesinatos ocurrieron ese día, entre las 3:25 –último contacto de whatsapp de Victoria con una amiga– y las 8. En esa franja horaria Lamonega se hallaba en el interior de la casa, argumentó el jurado.
Por otro lado, los jueces resaltaron el hallazgo de restos sangre de Marisa y su hijo Lucas en la Renault Kangoo de la víctima que fue conducida por el acusado ese domingo por la mañana.
Respecto al revólver calibre 22 y el silenciador encontrado por la policía en un canal de riego alejado de la ciudad, el propio Lamonega durante una de las audiencias de debate admitió que esos elementos fueron propiedad de su padrastro.
 
“Omisión maliciosa”
Sobre los indicios de mala justificación, es decir cuando el acusado incurre en una serie de explicaciones falsas, contradictorias e inverosímiles, el jurado mencionó varios puntos. Al momento de acudir a la comisaría a las 15 del lunes 24, Lamonega les dijo a los empleados policiales que desde el viernes 21 no tenía contacto con su pareja.
En tanto, el 7 de enero de este año ante el juez Alejandro Rosales el imputado declaró que la noche del sábado 22 durmió junto a Marisa. En esa línea, el tribunal consideró que hubo una “omisión maliciosa” del acusado al no informar a la policía que su hijo lo había anoticiado de la presencia de la Kangoo abandonada en calles Perito Moreno y Uruguay.
En esa línea de análisis subrayaron la comunicación telefónica que Lamonega mantuvo con la prima de Marisa, a quien le manifestó: “están los cuerpos adentro” cuando hasta ese momento sólo se sabía del hallazgo sin vida de una sola persona.
Otra de las contradicciones valoradas fueron en base al testimonio de un amigo del imputado, quien confirmó que Lamonega le relató que al regresar a la casa de Marisa controló el aceite del rodado y le dio un masaje en las piernas a Victoria.
Para los jueces, si esas acciones ocurrieron dentro de la franja horaria en la que fue filmado por las cámaras de seguridad conduciendo la camioneta de la víctima, y después su propio rodado, inevitablemente debió haberse encontrado a los compañeros de colegio de Lucas que lo esperaban afuera de la casa para asistir a un maratón escolar.