PTA. ARENAS: Testigo clave del crimen dijo “fue él, la llevaba tomada del pelo”

Diversas interrogantes han surgido tras la formalización de cargos que el martes enfrentó Edgar Ortega Silva, sujeto imputado por la Fiscalía como presunto autor del asesinato de Ana María Arancibia, conocida en el mundo de la música como “Venus Rap”. Si bien, peso tenían los antecedentes expuestos durante la audiencia por el fiscal Eugenio Campos, la información cobró fuerza al dar lectura al testimonio que entregó un chofer de radiotaxi, reconociendo al supuesto agresor, como quien la noche del martes 27 de octubre, obligaba a la víctima a dirigirse al lugar donde más tarde sería mortalmente herida (La Prensa Austral).

 
 
– ¿Qué recuerda de esa noche?
 
– “Me habían mandado a buscar una pasajera al sector del Loteo del Mar, para ser llevada a la población General del Canto. Entonces, venía bajando hacia el puente Eduardo Frei, y casi atropellé a esa pareja, porque venía el sujeto que apareció hoy (ayer) en el diario, llevaba del pelo a la chica cruzando el puente, y ni siquiera miró, estuve a punto de atropellarlos”.
 
– ¿Por dónde y hacia dónde cruzaban la calzada?
 
– “Ellos cruzaron de cerro a playa, y mientras yo bajaba desde Ignacio Carrera Pinto, los vi de lejos, estaban como manoteando en la vereda de arriba del puente (lado poniente), y la traía desde norte hacia el sur cruzando la avenida”.
 
– ¿Recuerda cómo andaban vestidos?
 
– “Sí, ella andaba de negro completo, tenía el pelo negro, y obviamente suelto, ya que el tipo la llevaba tomada de ahí. El sujeto andaba con un jockey blanco, pero también con ropa negra, pero suelta, muy ancha”.
 
– ¿Trato de correr alguno de ellos?
 
– “Me llamó la atención que ni siquiera miraron que venían autos, bueno la muchacha iba sometida no podía, pero el tipo no miró, ni se inmutó, por eso le pude ver bien el perfil”.
 
– ¿Qué hizo usted después de eso, se bajó del auto, o llamó a alguien?
 
– “Continué unos metros y paré en la mitad del puente. Ahí la pasajera dijo que parecía que le estaban pegando a la chica, y nos quedamos mirando mientras la llevaba a la calle que está al otro lado del río (Costanera del Río Sur)”.
 
– ¿Llamó a Carabineros?
 
– “No…”
 
– Al día siguiente, cuando vio el revuelo de lo ocurrido ¿pensó que había relación con lo que usted había visto?
 
– “No, la verdad es que pensé que le habían hecho algo a algún vecino (…) lo que pasa es que ese día llovía mucho, y cuando llegué a mi casa cerca de las 3,30 horas de la madrugada, vi que los detectives estaban trabajando en el sector”.
 
– ¿Cuándo se imaginó que lo que usted vio tenía relación con la muerte de la chica?
 
– “Cuando vi en Facebook que la niña estaba muriendo en el hospital, que la habían apuñalado en el río de las Minas”.
 
– Ahora, mirando hacia atrás en el tiempo, ¿cree que pudo haber hecho algo más? ¿Tiene algún tipo de remordimiento?
 
– “No amigo, yo como taxista, con los años que llevo en esto, he aprendido que no hay que meterse en cosas extrañas. En alguna oportunidad, ayudé a llevar al hospital a una persona que encontré apuñalada, y ahí hasta su papá me trató de agredir. Esa vez la policía me hizo un tremendo interrogatorio, y estuve metido en mil cosas, por lo que ahora me obligan a no meterme en nada”, concluyó.
 
 
 
Interrogantes abiertas
 
Pese a lo anterior, y en virtud de los antecedentes, permanecen algunos “vacíos” en la información revelada durante la audiencia, por ejemplo, el saber qué hacía la joven de 25 años en las inmediaciones de Ignacio Carrera Pinto y Avenida Eduardo Frei, donde testigos la vieron circulando.
 
Al respecto, una de las hipótesis que manejan los investigadores, obedece a que, pese a que se había comprometido a reunirse con su pololo en el barrio Prat, la joven habría tomado la decisión de irse caminando a la casa de su madre, debido a que no tenía dinero para locomoción, lo que habría aludido en alguno de los mensajes que con su teléfono celular hiciera antes de ser apuñalada.
 
Aunque eso no aclara la otra interrogante: ¿qué hacía el presunto homicida en ese lugar y a esa hora? En ese aspecto no hay total claridad. Se cree que el sujeto podría haberla seguido, o incluso que la habría encontrado por casualidad en las inmediaciones, o tal vez acompañado hasta dicho punto, y que ahí se habría desatado las pasiones del agresor que lo llevó a cometer el crimen.
 
Y en cuanto a que el imputado y la joven se conocieran, desde el círculo íntimo de la investigación se precisó que si bien no eran amigos cercanos, sí habría algún vínculo, ya que incluso Ana María le había regalado un gato al imputado, el cual aún mantiene en su domicilio de la población Nelda Panicucci.
 
Finalmente, cabe consignar que, debido a la lesión que mantiene Ortega Silva en su pie derecho, producto de la caída al lecho del río de las Minas, cuando supuestamente buscaba evidencia del homicidio, éste quedó internado en la enfermería del complejo penitenciario, luego de que se le diera orden de ingreso al penal, bajo la medida cautelar de prisión preventiva.