TRELEW: Un pastor fue condenado a 8 años después de que admitió que abusó de su hijastra

Ernesto Zurita fue imputado por "abuso sexual agravado por la situación de convivencia persistente" con una menor, su hijastra a quien abuso de manera reiterada. Ayer el macabro delito fue admitido por Zurita en el marco de un juicio abreviado realizado en Tribunales de Trelew (El Patagónico).

 
Ayer en el marco de un juicio abreviado, el pastor Ernesto Zurita admitió haber abusado sexualmente de su hijastra menor de edad, durante al menos 5 años. El pastor reconoció el hecho frente a los jueces Sergio Piñeda, Mirta del Valle Moreno y Marcelo Nieto Di Biase. Por el aberrante delito, le aplicaron una condena de 8 años de prisión y asistencia psicológica permanente mientras esté privado de la libertad.
 
Cabe señalar que el caso fue elevado a debate en diciembre del año pasado cuando la fiscal Silvia Pereira lo imputó por “abuso sexual con acceso carnal agravado por la situación de convivencia persistente en la modalidad de delito continuado, es decir, que habría abusado varias veces”.
 
Los hechos que ayer se recordaron se produjeron durante el período abril de 2009 hasta agosto de 2014, fecha en que el papá de la menor radicó la denuncia. Por entonces el pastor se encontraba ya detenido, admitió su participación y responsabilidad en el hecho. Prestó su conformidad con la aplicación del procedimiento abreviado, como así también aceptó la pena acordada por las partes.
 
En cuanto a la pena a imponer, la fiscal general consideró como agravantes la forma en que ocurrieron los hechos, la naturaleza de la acción y el medio empleado para ejecutarla. Es decir, haberse llevado a cabo en el domicilio del acusado en el cual habitaba junto a su pareja y la menor víctima utilizando sus “habilidades de pastor” para amedrentar a la niña.
 
En el relato de lo sucedido, se expresa que el pastor “sabiendo lo que hacía, conociendo la edad de la niña y aprovechando la situación de convivencia preexistente, abusó sexualmente de la misma, accediéndola carnalmente”. En aquella oportunidad, la pericia ginecológica estuvo a cargo de un profesional del Hospital Materno Infantil.
 
El macabro escenario de abuso, se mantuvo por un periodo de al menos cinco años, con sometimientos diarios y amenazas para que la niña no cuente nada de lo que sucedía a puertas cerradas.
 
La denuncia formal por la violación fue radicada por el padre de la víctima, una vez que se avanzó en el caso la menor, que al momento de los abusos tenia nueve años logró contar los hechos reiterados y advirtió que el hombre incluso le decía que quería tener hijos con ella.
 
Mientras todo ocurría la madre de la menor no sabia lo que ocurría, aunque se llegó a ventilar en el juicio que el hombre golpeaba a la menor en presencia de su progenitora.
 
El apodo de Pastor, era consecuencia de que tanto Zurita como su madre pertenecen a una iglesia en la que ambos son pastores.
 
La figura de Zurita fue calificada por la profesional psicóloga actuante como hostil, sometedora y despótica, generando un estado de sobre adaptación. El mismo además, es dotado de cierto poder místico durante el primer periodo de sometimiento, en cuanto sus castigos se vinculaban a su supuesta situación de pecadora.