Condena a Balaguer: Para los jueces “no había riesgo de vida” para Gualtieri y el imputado actuó en “abuso de sus funciones”

El Tribunal de Juicio brindó los fundamentos de la condena a 5 años de prisión al oficial Cristian Balaguer. Consideraron que actuó con un “abuso de su función policial” y que debería haber contemplado alternativas “menos lesivas” que el disparo “en forma directa” y a “escasísima distancia”. Marcaron las contradicciones entre los efectivos Balaguer y Gualtieri, de quien descreen que corrió "serio riesgo de vida".

 
Los jueces Daniel Borrone, Juan José Varela y el subrogante Andrés Leonelli brindaron los fundamentos que detallan los diversos elementos que se presentaron a lo largo de las dos semanas que se prolongó el juicio oral y público al efectivo Cristian Balaguer, condenado a 5 años de prisión por la muerte, “en abuso de sus funciones”, de Víctor “Chucky” Andrade.
 
En torno al procedimiento los magistrados marcaron las numerosas contradicciones existentes entre el imputado Balaguer y el ex imputado y testigo, el sargento Ricardo Gualtieri, respecto de lo sucedido durante la persecución y en el intento de reducción del malviviente.
 
En ese sentido apuntaron a una percepción muy diferente que tuvieron ambos del momento crucial respecto del “intento de agresión” de parte de Andrade, señalando Gualtieri que “Andrade tomó el hierro con la mano derecha y se lo iba a arrojar desde arriba de la cabeza en sentido descendente”, mientras Balaguer graficó “agarró ese elemento como su fuera un bate de beisbol desde abajo hacia arriba”, entre otros múltiples entredichos.
 
No hubo riesgo de vida para Gualtieri
 
En esos puntos de disidencia los jueces dieron mayor crédito a la versión de Balaguer, respecto de que Andrade fue reconocido durante la persecución, por ello infieren que este era el único justificativo de la misma, sino “no se justificaba semejante despliegue de medios”.
 
Los jueces infirieron que Andrade ya estaba identificado, y que de hecho Gualtieri no desconocía la existencia del pedido de requisa judicial en su contra por que ya había tomado parte de un allanamiento en esa misma causa días atrás.
 
Entonces Gualtieri “quería identificar a quien ya habían identificado” consideran los jueces, aseverando que esto “no es mas que una conveniente versión de los hechos” y que “pierde fuerza la alegada sorpresa ante la agresión de Andrade”, que consideran como una secuela propia de una persecución policial según testimonios de los mismos testigos policiales.
 
Al respecto agregan “Gualtieri continuó aproximándose a la víctima”, siempre según la versión de los dos efectivos, descartando los jueces “la alegada sorpresa de la ilegítima agresión ejercida por Andrade contra Gueltieri, no desecho la existencia de la agresión….solo excluyo el alegado riesgo serio para la vida de su compañero –Gualtieri- por lo que debió adoptar otras acciones menos lesivas”.
 
Y en ese sentido enumeraron Gualtieri con 20 años de servicio y Balaguer con 15 “estaban por demás habituados….y eran variadas las alternativas que tenían para reducirlo sin poner en riesgo su vida”, enumerando el retroceso de Gualtieri “quien no tenía ningún impedimento de defensa” o incluso “haber disparado en cualquier otra dirección si el ruido igualmente lo hubiera hecho desistir de la agresión”, como marca el manual de procedimiento.
 
Disparo directo a “escasísima distancia”
Finalmente el fallo hace alusión a los peritos balísticos de Gendarmería y el informe de la propia División Servicios Especiales de la Policía, respecto de la distancia a utilizar la escopeta de posta de goma, concluyendo los magistrados que quedó probado que “el disparo fue director y a escasísima distancia, entre un metro y medio y no más de tres metros”, siendo evidente bajo esas normas “el poder letal” en ese cuadro de situación.
 
Al respecto de los elementos colectados en la escena, los jueces señalaron que además el lugar del cual fue incautado el hierro que “portaba Andrade”, estaba más cerca del portón de ingreso del garaje, que del fondo del mismo donde se habría dado el intento de agresión, mas tomando en cuenta el testimonio de los efectivos de que Andrade lo soltó inmediatamente de recibido el disparo.
 
Es también destacado que el casco que portaba Andrade apareció fuera del galpón, al lado del patrullero, cuando el testimonio de Gualtieri fue que el malviviente lo había arrojado en el fondo del garaje junto al cuatriciclo.