Pérdidas por unos 150 millones de pesos dejó incendio que destruyó dos embarcaciones en la caleta de Barranco Amarillo

Una de las naves afectadas quedó convertida en una pila de escombros, mientras que la segunda también ardió completamente.

 
Gritos de desesperación, infructuosos esfuerzos de los mismos pescadores para aplacar las llamas, y una columna de humo que se veía desde la salida norte de Punta Arenas, era el panorama que se vivió ayer, cerca de 12,50 horas, luego de que un incendio comenzara a propagarse entre las embarcaciones de la caleta de Barranco Amarillo, a unos 8 kilómetros al norte del centro de la ciudad. Unos 60 bomberos debieron trabajar en la extinción del fuego.
Una dotación de cinco carrobombas salió desde Punta Arenas para combatir el fuego. Los propietarios, trabajadores y gente de la caleta pesquera dieron cuenta de las llamas que arrasaban con una lancha motor, y comenzaba a propagarse a las otras naves cercanas.
De acuerdo a lo señalado por testigos, en circunstancias que en la primera embarcación, Ocean Queen, se realizaban reparaciones, una chispa de soldadura o de oxicorte, ya que no hay concordancia en los relatos, habría entrado en contacto con fibra de vidrio con la que se confeccionaba el revestimiento del casco, lo que rápidamente se transformó en llamas, las que primero trataron de ser controladas con extintores, sin embargo, pronto se extendieron hacia toda la nave.
Luego, el viento imperante a esa hora en el fondeo costero, facilitó que las llamas alcanzaran una segunda embarcación, Cabo Tamar, lancha de turismo perteneciente a Alejandro González Saldivia, la cual permanecía atracada desde que los embates del tiempo en 2014 la dejaran con daños que estaban siendo reparados.
Compleja emergencia
La cercanía entre una nave y otra, hacía preveer lo peor, que el fuego se propagara a otras lanchas. Sin embargo, y debido a que las embarcaciones afectadas se encontraban en el extremo norte de la caleta, y el viento soplaba en dicha dirección, los esfuerzos de los trabajadores del lugar, dueños y pescadores, que acarreaban agua en cubetas, permitieron contener la propagación hasta la llegada de bomberos, los que una vez controlado el peligro, pudieron trabajar de lleno en extinguir las llamas de las dos lanchas siniestradas.
No obstante, lejano estaba de acabarse la tensión en el lugar, ya que se informó que en la Cabo Tamar había combustible y elementos pirotécnicos, lo que hacía latente el peligro de una explosión, debiendo los efectivos bomberiles tomar los resguardos ante tal situación, solicitándose además, que de manera preventiva, la ambulancia de la institución se trasladara al sector.
Otro factor difícil de contener fue que, pese a la presencia de Carabineros y de efectivos de la Armada, muchos trabajadores y propietarios dificultaban el trabajo de los bomberos, motivados muchos de ellos por el ímpetu de ayudar.
Control de las llamas
Casi dos horas debieron transcurrir para que el tercer comandante del Cuerpo de Bomberos, Eduardo Bahamonde, pudiera dar por controlada la emergencia, dejando como saldo dos embarcaciones con pérdidas totales y un voluntario, de la Bomba Prat, lesionado, a quien, en medio del trabajo de extinción, fue afectado por restos de fibra de vidrio en uno de sus ojos.
Asimismo, y si bien los testigos entregaron prontamente sus suposiciones sobre el origen del fuego, Bahamonde prefirió sólo confirmar que personal del Departamentos de Estudios Técnicos de Bomberos harían las pericias que permitan establecer las causas que provocaron el siniestro, más allá de las primeras elucubraciones.
Sí indicó que, a diferencia de otras oportunidades, la dirección del viento evitó que otras embarcaciones fueran destruidas, ya que de soplar en sentido opuesto, probablemente el siniestro habría alcanzado más lanchas de las que permanecían en el lugar, cerca de 30.
Cabe consignar que cerca de las 17 horas, nuevamente debió acudir Bomberos al lugar, ya que un rebrote del fuego en la lancha de turismo Cabo Tamar alertara a quienes se encontraban a esa hora en la caleta de Barranco Amarillo.
Millonarias pérdidas
Profundamente afectada se encontraba durante la tarde Rosa Gómez, madre de dos hijas de 20 y 15 años, quien estaba destinando todos sus ahorros a la reparación del Ocean Queen, nave que es el sustento de su hogar. La mujer reconoció no tener seguro por los daños, y no pudo evaluar los perjuicios, aunque por las dimensiones y materiales que había invertido para la reparación, podrían superarse con creces los 60 millones de pesos.
De igual manera, Alejandro González Saldivia señaló que con el incendio del Cabo Tamar se va “parte muy importante de mi vida”, explicando que ha trabajado por mucho tiempo con el navío, primero en labores de pesca y ahora convertido en una embarcación de turismo, para lo cual debió hacer una fuerte inversión, tasando las pérdidas en cerca de 90 millones de pesos.
González permanecía fuera de Punta Arenas, en el Parque Torres del Paine, cumpliendo funciones como guía turístico, y anoche arribaba a la ciudad para interiorizarse de los pormenores de lo ocurrido.